martes, 3 de junio de 2008

mi fatídica respuesta a las giladas de la gente.

"después de este paréntesis en el que (inserte nombre de ser inepto, desubicado y boludo atómico aquí), como es habitual en ella, nos ha obsequiado un cocktail de lugares comunes y filosofía de almacén, con una buena dosis de una profunda imbecilidad, sigamos (inserte tarea que se estaba llevando a cabo hasta que un ser inepto, desubicado y boludo atómico lo interrumpió con una acotación de las mismas características)".

domingo, 25 de mayo de 2008

HORRRAY: encontré a otro cecilio en este mundo (abarrotado de no-cecilios).

mi prima julia vive en chicago porque... no recuerdopor qué. recuerdo que cuando le pintó lo de irse mi madre me llamó por teléfono, tipo ocho de la mañana de un sábado, y me dijo: “tu prima juli se va a chicago a...” y yo me quedé dormida. “... es una gran oportunidad” concluyó ella. yo le dije que sí, sí y colgué. porque una que trabaja de sol a sol en una oficina, lo mínimo que se merece en la puerca vida es poder dormir el sábado hasta el mediodía.

pero bueno, el asunto es que esta prima vino de visita a buenos aires y mi madre me acosó tanto para que la viera que quedamos un día en ir a comer. su vida en chicago es más o menos esta: enganchó a un yankee, le parió dos hijos y, a cambio, todo parece indicar que el tipo le garpó unas cuantas cirugías estéticas. porque yo recuerdo bien a mi prima y no voy a decir que era una ballena pero tampoco era eso que vi. ahora es una rubia sílfide de suburbio que, no me lo dijo pero lo adiviné, se coge al jardinero y toma clases de salsa cubana.

conmigo se hizo la intachable, claro, me vendió el paquete de madre abnegada, de esposa fiel y tetas naturales, y hasta se atrevió a juzgarme porque cómo era posible que yo todavía no me hubiera casado o juntado o, al menos, que estuviera de novia. “¿no te dan ganas de organizarte, caro, formar una familia, tener hijos?” yo le dije que sí, que ganas me daban, pero también me daban ganas de irme a parís y embutirme de foie-gras y bien que me veía frente a una milanesa napolitana en la calle corrientes. Julia dijo: “claro, sí, entiendo”. pero no entendía nada, obvio, ni siquiera entendió el chiste: nadie que sólo coma ensalada puede mantener despiertas sus neuronas. después me dijo que, igual, estaría bueno empezar por cuidarme un poco la boca, que así gordita como estaba lo de conseguir marido se complicaba. y cuando pedí el flan mixto me miró re mal. “pero, caro, ¿no querés adelgazar?”, dijo. “y sí, adelgazar quiero, pero también quiero flan. digo, una quiere tantas cosas que no se corresponden”. ella se quedó callada, tomándose un té de manzanilla que parecía pis, con esa cara de sentirse tan superior a mí por tener todo lo que ella supone que yo querría tener: marido, hijos, cintura de avispa y un jardinero semental. supone mal, con la cintura de avispa y el jardinero me conformaría, al marido y a los pendejos se los puede comer con rúcula.

cuando pedimos la cuenta, el clima ya estaba bastante tenso. caminamos una cuadra y llegamos a la esquina en la que yo doblaría hacia mi oficina y ella hacia su vidita de utilería. entonces me dijo: “el cinismo es un mecanismo de defensa, yo creo que hacés chistes porque te sentís vacía”. ¡pero qué tipa! ya sabía lo que se había ido a hacer a chicago: un curso intensivo en romper huevos. ¿no me acababa de decir que estaba gorda? ¿cómo una gorda se puede sentir vacía? así se lo dije: “para nada, si me siento llenísima, estoy a punto de reventar” y tendría que haberme callado la boca, pero seguí: “vacía debés estar vos, pero de la cabeza”, le dije, dándole con la mano un par de toquecitos en la sien. julia me lanzó una de esas miradas malditas, onda “me das tanta pena chancha fracasada”, y se fue sin decir más nada.

yo me quedé re mal, me jodió el día, hasta me dieron ganas de llorar. ¿que por qué? porque es obvio que uso el cinismo para defenderme: ¿y? ¿acaso sería preferible que usara un cuchillo? con gente como mi prima y sus juicios, me pasa igual que con los hombres. como, por ejemplo, el típico chabón que a la mañana siguiente sale con que: “yyy, todo bien, pero dejame que yo te llame porque, bueno, qué se yo...”. y patina y da vueltas queriendo decirme lo que ya sé. ¿entonces qué hago? en vez de asesinarlo, lanzo una de mis líneas tipo: “che, pará, ni que la tuvieras tan grande”, un suponer. y asunto resuelto: el chabón me odia, pero prefiero eso a que me tenga pena. o como el tipejo ese que ni conocés, pero que alguna amiga fantasiosa se le ocurrió que podrías gustarle y arma un plan de cuatro para que se conozcan. y allí estás vos a la espera del galán incógnito, que cuando llega se engancha a hablar con tu amiga y su chico y a vos te trata para el orto, o peor, se porta condescendiente, anticipando con eso que estás a punto de ser rechazada por alguien que ni siquiera te interesa. ¿qué se supone que haga? en vez de escupirle un ojo, me levanto y me voy, no sin antes lanzar otra de mis líneas tipo: “¡ciao, muchachos! acá la cosa pinta chata y en casa me espera mi poronga inflable”, o algo así.

porque lo mejor que podés hacer frente a un golpe que se ve venir no es esquivarlo, sino pegar antes. habrá gente del estilo de mi prima que me diga: “ah, pero si vos fueras una persona valiente, esperarías hasta estar segura de si lo que te viene es un golpe o, vaya a saber, un beso apasionado, una mano deliciosa que te baja por la espalda y se te instala en el culo, una linda frase al oído de las que te hacen temblar las piernas o una propuesta de matrimonio”. a esos les digo que ya esperé bastante y me llevé muchos cachetazos, y que poner la otra mejilla nunca fue lo mío.

carolina balducci, revista c.

martes, 20 de mayo de 2008

emotional dependency.

many times i ask myself if falling in love comes from the wounded self because (for me at least) it feels as if i can’t live without the other person. when i give love from the heart, i don't expect anything back, but when i fall in love i think this is a different energy.

falling in love can come from two different inner states. when you fall in love from the wounded self – the ego self – you are in love with how the other person loves you. you are handing over to the other person the responsibility for your self-worth and wellbeing, and if he or she does a good job of attending to you in the way you want to be attended to, then you may say you are “in love.” however, it is not so much the person you love, but how he or she loves you. when it feels as if you can’t live without the other person, it is emotional dependency. the part of you that is “in love” is really a child or adolescent who is needy for love because you are not giving love to yourself or to others. there is an emptiness inside that you expect someone else to fill, because you are not taking responsibility for your own feelings of self-worth. you are attaching your worth to another’s love, which is why you can’t live without that person.

when you fall in love as a loving adult instead of as a wounded, needy child or adolescent, your need for the relationship is totally different. as a loving adult, you have learned how to fill yourself with love and define your own worth. instead of needing someone to fill you and make you feel lovable and worthy, you already feel worthy and full of love. you experience this inner fullness because you have learned how to take full responsibility for your own feelings and needs, and you have learned to fill yourself with love from a divine source. this fullness overflows and you want to share this love with another person, another loving adult who is also filled with love. Your desire is to share love rather than to get love.

the kind of person you will pick will be totally different when a loving adult is choosing than when your wounded self is choosing. the people we pick have a similar level of woundedness and a similar level of emotional health. obviously, the more you have done your inner work to connect with divine love and bring that love within to take loving care of yourself, the more you will be attracted to someone also does this.

when you pick from your wounded self, you will pick someone whom you believe wants the job of filling you up. the problem is that the other person may be attempting to fill you up in the hopes that you will also fill up him or her. two people who each want to get love rather than share love will eventually find themselves very disappointed with each other. they will each blame the other for not loving them in the way they want to be loved. when relationships break up, it is often because one or both partners are not taking responsibility for their own feelings and self-worth and are blaming the other for their resulting unhappiness.

if you are so attached to someone that you feel you can’t live without that person, try learning to give to yourself and others what it is you want from this person. your job is to become the person to yourself that you want the other person to be. then you will be able to be “in love” rather than “in need.” you will be able to love another person for who he or she is rather than for what this person can do for you. instead of needing to get love, you can give love from the heart for the joy of it and feel filled in the giving.

margaret paul, ph.d.

lunes, 19 de mayo de 2008

los clásicos nunca mueren: gilazos pseudo under, abténganse.


i am the son and the heir
of a shyness that is criminally vulgar.
i am the son and heir
of nothing in particular.

you shut your mouth, how can you say
i go about things the wrong way ?
i am human and i need to be loved,
just like everybody else does.
when you say it's gonna happen "now",
well, when exactly do you mean?
see, i've already waited too long,
and all my hope is gone.

sí, hay canciones que son hiper conocidas, que están re trilladas y son al rock lo que "el meneaito" al tracklist de los casamientos. sin embargo, cuesta encontrar otras que las superen... con la belleza de sus palabras y la armonía de sus sonidos como principales herramientas, llegan a descascarar ese gran muro que vamos construyendo día a día para que los sentimientos se diluyan, se vean de lejos y ninguno de ellos nos conmueva o nos pueda alcanzar. es difícil superar esa sensación que se tiene cuando se escucha a un completo extraño cantar con atermorizante lujo de detalles lo que uno piensa y no se anima a decir, lo que uno mira y no se anima a ver o incluso lo que uno siente y no se anima a vivir. ellos son capaces de relatar con suma simpleza todo aquello que va formando la vida diaria y que nosotros, los mortales, no nos detenemos a observar. así es cómo surgen los clásicos y, a estos, no hay con que darle, viejah.